Sin pausa y con mucha prisa

Los caminos de la precariedad son inescrutables. Y así, acabé trabajando en el archivo de un hospital. Cinco horas al día marco con un rotulador simbolitos en las actas de los pacientes, en función de si éstos aprueban su digitalización o no. Sí, sí, sí, no, sí, sí, no, no…

Los primeros días me resultó apasionante descubrir el nuevo mundo de los datos hospitalarios. Las historias clínicas no se digitalizan en el mismo hospital, sino que viajan a la otra punta de Alemania, a donde las mandamos por correo. Una vez allí, los ponen en la red, donde podemos consultarlos desde Berlín. Los datos de miles y miles de pacientes dependen de una cadena muy frágil: Internet tiene que funcionar, el correo postal tiene que funcionar y el propio archivo tiene que funcionar.

Si internet no funciona, las historias clínicas no se pueden buscar tan fácilmente, pues están a kilómetros y kilómetros de Berlín. En los dos meses que trabajo ahí, ha ocurrido ya que una caja con historias clínicas se perdió en el correo. Por último, en el archivo trabajan dos personas, mientras hace poco tiempo eran doce. Una de ellas está enferma desde hace tres meses y por eso buscaron un ayudante, que soy yo… Mi jefa no puede ponerse enferma ni irse de vacaciones porque el archivo del hospital, privado y uno de los mayores de Berlín, depende en éste momento prácticamente de ella, que es el enlace entre el hospital y la digitalización de las historias de los pacientes. Yo no he recibido ninguna formación especial ni entrenamiento.

Dicho hospital fue privatizado hace aproximadamente una década, y desde entonces han despedido a un millar de trabajadores. Sin embargo, siguen ofreciendo los mismos servicios. El secreto es contratar a trabajadores temporales como yo. Para más inri, hace un par de semanas despidieron a los seis logopedas del centro y les ofrecieron contratarlos de nuevo como autónomos a mitad de precio. 

Me pregunto porqué solo me cruzo con majaretas en este país. Mi jefa no es mi jefa en realidad, porque estoy contratada por una empresa de trabajo temporal. Jefes no me faltan. Está como un cencerro, vive en un ramadán constante: No come, no bebe, no para. Los dos primeros días me aguanté como pude y al tercero le dije que yo por lo menos tenía que hacer pausas en mis cinco horas de trabajo de vez en cuando (ella trabaja ocho). Llamó a mi otra jefa y me dijo que sí, sin problema, pero que las pausas no las pagan, así que hay que cronometrarlas y quitarlas de la cuenta. 

Son unos gorrinos. No pagan las pausas, ni los días de fiesta, porque solo pagan lo que se trabaja. Encima, lo que nos dan: Viajo dos horas al centro de trabajo, donde estoy otras cinco  de lunes a viernes, y mi sueldo son 510 euros, después de pagar los impuestos. En pleno verano, con la morriña escarranchá, como se dice en mi pueblo, sin derecho a vacaciones ni dinero para permitírmelas, hace dos años que trabajo en empleos basura, y nunca he tenido derecho a vacaciones.

Por todo ello y por las sinvergonzonerías que están pasando en España, el jueves también nos manifestamos aquí en Berlín ante la sede del Instituto Cervantes, ya que la Embajada no está en el centro y se pretendía que la protesta fuese visible. Fuimos unas cien personas y una de las cuestiones que se hablaron fue la importancia de informar a los alemanes de a pie de que el «rescate» no va a parar a los españoles de a pie, sino a los bancos.

Manifestación del 15-M frente al Instituto Cervantes. Berlín, 19.07.2012

Manifestación del 15-M frente al Instituto Cervantes. Berlín, 19.07.2012

Los alemanes han sido bombardeados por la prensa con la idea de que el dinero de sus impuestos ha de ser empleado en rescatar a los países del sur que no han hecho bien los deberes. Es la estrategia del divide y vencerás.

La prisa del rescate

Clase de alemán XXVIII

A diferencia de lo que muchos de nosotros pensábamos, tras la caída del muro de Berlín, Alemania del Este quedó sumida en la ruina económica. Es decir, tras la reunificación, y no antes. Las protestas que llevaron a la caída de la Alemania comunista tuvieron sus motivos, entre los cuales no se encontraba ni el desempleo ni la ruina económica. En el libro «La deuda del oeste. ¿Qué ha aportado la República Democrática Alemana al bienestar de la República Federal de Alemania?» («Die Schulden des Westens. Was hat die DDR zum Wohlstand der BRD beigetragen?», en alemán) el economista Klaus Blessing compara ambos estados antes de la reunificación. Los dos tenían economías sólidas industrializadas muy similares… es su conclusión.

Tras la reunificación, sin embargo, en Alemania del Este se creó un organismo estatal, la llamada «Treuhand», que se encargó de vender todas las empresas públicas a precio de saldo. Millones de personas se quedaron sin trabajo, una crisis en el este que aún hoy continúa. Los estados regionales del este declararon la bancarrota. ¿Os suena de algo ésto de vender las empresas públicas?

Pues atención, porque después de que la economía de la Alemania del Este estuviera completamente destruida, comenzaron los «planes de ayuda» del oeste. Creo que las conclusiones que extrae Blessing para explicar la solidaridad espontánea son una lección que nos ayuda a entender una parte del porqué de los rescates actuales. 

«¿Porqué deberían el capital alemán del oeste y la política a su servicio querer reconstruir la economía de la Alemania del Este? Tenían cuatro objetivos: Robar las propiedades de los alemanes del este, adueñarse de los clientes del este y abrir mercados, acabar con la competencia de empresas del este y captar fuerza de trabajo bien formada. Todos los objetivos fueron brillantemente alcanzados».

«Warum sollten das westdeutsche Kapital und die ihm hörige Politik den Osten aufbauen wollen? Sie hatten vier Ziele: Den Ostdeutschen das Eigentum rauben, östliche Kunden aneignen und Märkte erschließen, ostdeutsche Konkurrenz ausschalten und gut ausgebildete Arbeitskräfte abwerben. Alle Ziele wurden glänzend erreicht.»

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22 pensamientos en “Sin pausa y con mucha prisa

  1. El Antropólogo Perplejo dice:

    Hace poco escuché algo así: «Los alemanes son aquellos/as seres que trabajan todo el año como burros para ser españoles por un mes». Bueno, algo consuela… aunque se ve que, con lo que ganarán las futuras generaciones, no podrán ser españoles por un mes, quizás por una semana… y eso, si todavía España…

  2. El Antropólogo Perplejo dice:

    Quería decir: Si todavía España existe…

    • carmelanegrete dice:

      Tal vez no le falte razón.

      Después de escribir este blog durante tantos meses se me había ocurrido la idea sacar otro con los aspectos positivos de la sociedad alemana, que también son muchos.

      No sé cuál sería más urgente de los dos 😉

  3. Un encabronado. dice:

    ¿Esta es la Alemania a la que hay que emigrar en busca de trabajo? Pues no sé a vosotros, pero a mi emigrar me parece una falta de respeto a tu propio país, una falta de respeto al país que se emigra, así como a su población por la futura explotación a la que lo van a someter a uno y por la explotación en consecuencia de la población nativa, cuando por esa inmigración se empiezan a perder derechos laborales. Pero sobre todo, me parece una cobardía… No habrá gobierno que me eche de mi casa. Antes apaleo cabezas a la salida del congreso. Así que más valentía y a defender lo nuestro, no a huir como gallinas.

    • carmelanegrete dice:

      En fin, para gustos los colores. El contrato y las condiciones de trabajo que describo las viven millones de alemanes. No comparto la opinión de que cada uno tenga que quedarse en su casa necesariamente, y creo que es muy positivo abrir el horizonte personal. La mujer y sus circunstancias. Un comentario de mal gusto, pero vaya, libertad de expresión, ahí queda.

    • El Antropólogo Perplejo dice:

      Si tu no quieres salir, deja que los demás, por el motivo que sea, lo hagan. Una falta de respeto es lo que tu has tenido con tu comentario por la compañera Negrete.

      • carmelanegrete dice:

        Gracias Mansilla, pero es un caso perdido. La discusión la arrastramos desde la carrera. Un besín y gracias!

  4. Una emigrante a mucha honra dice:

    Estimado encabronado: los emigrantes desempleados, al emigrar, ayudan a su país de muchos modos. Por un lado, es un desempleado menos. Por otro, son remesas de dinero que llegarán del extranjero en caso de necesidad familiar, y un problema menos para la familia y el Estado, que podrán dedicar ese dinero que invertía en esa persona en otras cosas. Por otra parte, esa persona aprende idiomas, entra en contacto con otras culturas, conoce otras realidades, y algún día a lo mejor regresa (muchos lo acaban haciendo), enriqueciendo a su propio país en muchos sentidos.por ejemplo aportando nuevas perspectivas, abriendo una empresa, etc, etc. También en el extranjero el emigrante es embajador de su cultura, y el contacto con los nativos ayuda a dar a conocer nuestra cultura. Yo creo que no tenemos nada de qué avergonzarnos, porque los jóvenes que emigran en esos momentos son lo mejorcito que tenemos que ofrecer al mundo: gente abierta de mente, formada y sin complejos, solidaria, espabilada, con capacidad de sacrificio, voluntad valor. El país receptor también se enriquece con la variedad cultural y genéticas (hasta los trogloditas sabían que para casarse era mejor ir a buscar a las chicas del pueblo vecino) y la nueva mano de obra nueva. Otra cosa es la explotación, que se ejerce tanto en España como en Alemania: pero la culpa no es del emigrante, que desea condiciones justas, sino justamente del listillo del nativo, ESE es el que perjudica a su propio país y es un cobarde, NO EL EMIGRANTE. Como ves, el emigrante no hace más que enriquecer a su país y al país acogedor, si le dejan. O sea que traslada tu frustración a los verdaderos responsables de la misma y empieza a mirar con algo más de respeto a los emigrantes. Si tuvieras alguna vez el privilegio de pasar por esa enriquecedora experiencia, empezarías a respetar al «moraco» y al «sudaca» que tanto te molestan, y empezarías a verlos como las dignas y valientes personas «norteafricanas» y «latinoamericanas» que son. Porque para emigrar, te lo digo yo que lo sé bien, hacen falta dos cosas: dos c*****s bien grandes.

    • Una emigrante a mucha honra dice:

      Mira tú por donde, juro que no lo he escrito yo…:

      http://elpais.com/elpais/2012/07/21/opinion/1342893298_214229.html

    • El Antropólogo Perplejo dice:

      Muy bien. Aunque tratas de dar un argumento razonable a una persona que no lo es. Salud.

      • Un encabronado. dice:

        Para ser abiertos de mente; más viajar y menos emigrar. Señores razonables… vamos a aprender a diferenciar, entre emigrar por necesidad y trabajar en el extranjero por la propia satisfacción y aprendizaje personal.
        Digáis lo que digáis, emigrar es la salida cómoda y cobarde conforme a la situación económica y política de un país.
        España 1936: Poetas, artistas e intelectuales huyendo por la frontera con el rabo entre las piernas… ¿Cómo se denomina a eso?
        También hubo otros que cómo héroes aguantaron en su casa y la defendieron y lucharon por ella hasta la muerte.
        Y que quede claro… porque siempre aparece el demagogo de turno a poner en boca de otros palabras que no han dicho. A mi que alguien quiera emigrar no me quita el sueño; de hecho, como dice «una emigrante a mucha honra», me parece perfecto, menos competencia dentro del país a la hora de buscar trabajo. Lo único que he hecho, agradeciendo la respuesta de «carmelanegrete», ha sido expresar mi opinión, con más o menos gusto (porque para gustos colores); pero sigo sin retractarme de mi comentario… emigrar=cobardía.

  5. Una emigrante a mucha honra dice:

    Querido encabronado, con todo el respeto por tu derecho a expresar tu posición, que te reconozco, yo lo veo así: solo se vive una vez. Una persona tiene derecho a trabajar, a formar una pareja y tener hijos y poder darles algo digno, a desarrollar una carrera profesional después de haber invertido mucho tiempo en su formación.Si tu país (sus máximas instituciones, sus políticos, sus empresarios) no ha sido fiel al compromiso que asumieron (especialmente los servidores públicos y las instituciones) de velar por el bien común, de proporcionar oportunidades de desarrollo personal y social, de progresar, a las personas, éstas no tienen por qué, en mi opinión, mostrar un comportamiento sadomasoquista y quedarse a sufrir, especialmente cuando los políticos e instituciones los han traicionado. Si esas personas han «cumplido», es decir se han formado, han trabajado, han pagado sus impuestos, han cumplido las leyes, y luego no reciben de ese país lo que legítimamente se les debe, si un estado no muestra respeto a su población, y eso es lo que ha sucedido en España, una auténtica traición de la confianza donde se han primado los intereses privados sobre el bien común público, que ha quedado hecho trizas, entonces creo que cualquier persona tiene toda la razón del mundo a decir: «Sras y Sres, ahí os quedáis!!!!». Por eso se van los cerebros españoles. Yo prefiero mil veces que un científico español ayude a avanzar las investigaciones sobre el cáncer, el sida, el alzheimer, o lo que sea en EEUU, Francia o donde sea, a que se quede como buen patriota en España haciendo el tonto en institutos de investigación que jamás van a reconocerle el talento ni a proporcionarle los medios que necesita para desarrollar su trabajo. Además, esté donde esté, un español es un español y aporta a su país, esté en el MIT o en Hollywood. Yo prefiero mil veces que la magnífica juventud española salga al extranjero a desarrollar todo su potencial y que al menos alguien les dé lo que se merecen y que puedan tener familias, carreras profesionales dignas, a que se queden en las casas de sus padres pasada la treintena, sin poder formar una familia, sin poder trabajar de lo suyo, apocados y humillados. Prefiero que pague el estado el precio perdiéndolos, y no que paguen ellos con sus vidas. Que sea una generación perdida para España, pero no para el resto del mundo o para ellos mismos.

    Se puede ver de esta manera también: el que se queda es un cobarde que no se atreve a salir a comerse el mundo, y con la excusa de «salvar la patria» (que queda muy bien y disimula un montón), se ahorra el mal trago de tener que medirse de verdad afuera, porque afuera, amigo, sabe uno la medida verdadera que tiene. Es muy fácil jugar un partido «en casa», pero no tanto jugarlo en casa del contrario… Además, si uno se queda en casa de los papás trabajando poco pero yendo a muchas manis, nadie verá que en el fondo no tiene lo que hay que tener para trabajar duro, formar una familia, etc, siempre tendra la excusa: «es que no hay trabajo, es que las circunstancias»…En cambio si sale al extranjero tendrá que demostrar a todo el mundo y a sí mismo de lo que está hecho.

    Pero bueno, que conste que yo no lo veo así, solo era una demostración de lo fácil que es hacer demagogia barata con las ideas… yo creo que todos son valientes, los que deciden quedarse y los que deciden irse, es decisión personal, y cada cual tiene sus buenos y legítimos argumentos. Tomar decisiones, elegir un camino propio, el que sea, es una heroicidad digna de respeto, y todo suma, como un único equipo, unos desde dentro, otros desde fuera (como los residentes en el extranjero que se preocupan por manifestarse para hacer visibles en sus países de residencia los problemas que se viven en España, dando ECO al trabajo que hacen los otros desde dentro). Solo seguir inercias es de cobardes.
    .
    Encabronado, un último mensaje: no TODOS los poetas, artistas e intelectuales se fueron de España, los «nacionales» se quedaron, porque se sentían seguros, claro. Se fueron los que vieron lo que les pasó a Lorca, Miguel Hernández y muchísimos otros. Cualquier persona tiene la obligación de anteponer su propia vida a la de un estado, aunque sea el suyo propio, si es un estado que lo quiere aniquilar. El estado español era enemigo de esas personas que huyeron. Uno puede elegir perder su vida, ser un «héroe», un símbolo, pero eso no se puede exigir a nadie. Yo hubiese preferido mil veces a Lorca en Nueva York y a Hernández en París, y a Machado en Roma, ante que verlos convertidos en héroes. NIngún poeta español debería tener que ser obligado a ser un héroe. No son tiempos de resucitar las dos Españas, encabronado, sino de luchar todos juntos, cada cual desde la posición que libre y legítimamente elija.

    Oye, medita sobre esto: equivocarse, y rectificar, es de sabios.

    • carmelanegrete dice:

      Gracias por tus observaciones, esta discusión es tan antigua como actual e indispensable. Saludos.

    • Un encabronado. dice:

      Mira que he escrito poco para tanta verborrea como he leído… Cosa que tú no has hecho. Siempre intento sintetizar para que todos los públicos se enteren; pero no. Por lo visto la pedagogía no es lo mío, aún intentando hacerlo sencillo, siempre se me complica para alguien. Menos mal que son los cerebros los que se van y los torpes los que no se pueden ir.
      Lo dicho, más viajar y menos emigrar… y el patriotismo para el que tenga patria, no para el que intenta construirla, que es lo que verdaderamente hace falta… Desde la barrera es muy fácil ver venir un toro.

      • Alma dice:

        «Más viajar y menos emigrar»… es decir, que los que no encuentran oportunidades laborales dignas en su país (aspirar a una mínima independencia y autonomía) y/o tienen la imperiosa necesidad de obtener ciertos ingresos para responder a unas determinadas obligaciones y mantener un modo de vida digno tienen que aguantarse en su casa o debajo de un puente (si es que no tienen dinero para pagar la hipoteca o el alquiler) como signo de valentía y patriotismo, mientras que aquellos que sí tienen recursos (económicos) sí tienen derecho (moral) de salir del país para emborracharse en algún resort del Caribe, ponerse moreno en la cubierta de un crucero por el Mediterráneo o comprar souvenirs en las calles más exclusivas de Londres o NYC (entiendo que el concepto de viaje es ése, porque irse de mochilero a mendigar camas calientes por el sureste asiático y comer de bocadillo todos los días es demasiado cutre para entrar en la categoría de «viajar» y se parece más a la supervivencia y superación cotidiana que supone la aventura de irse a otro país a buscar trabajo para prosperar en lo económico y en lo emocional –porque vivir bajo el umbral de la dignidad supone una carga emocional tan intensa que el propio hecho de cambiar de aires puede tener efectos tan terapéuticos como un viaje)… En fin, este comentario encaja perfectamente dentro de un discurso elitista.

  6. Alma dice:

    Carmela, en tu blog me estás dejando alucinada con la situación del mercado laboral en Alemania. Yo estuve viviendo unos cuantos meses en Freiburg y Berlín entre 2004 y 2006. Han pasado años, pero en aquel entonces tuve otra impresión más positiva en relación a lo que ya se vivía en España. Normalmente respondían a los CV que enviabas y, aunque estuvieras unos pocos meses de becario, luego te contrataban con buenas condiciones. Por supuesto, una cosa de percibir cierta tendencia y otra muy distinta vivir la experiencia. Creo que con este blog estás haciendo (quizás sin pretenderlo como objetivo principal) un ejercicio de periodismo bonzo muy bueno. Me recuerda a Günter Wallraff. ¡Ánimo y sigue escribiendo!

  7. Esteban dice:

    Hola Carmela,
    Buscando artículos sobre los contratos laborales en Europa, encontré ayer noche tu blog, referiéndome con tu nombre y apellido, en un artículo tuyo en Canarias semanal «Alemania: paraíso de los contratos precarios y los bajos salarios». Ese artículo lo he traducido al francés y publicado en un blog (con el vínculo hacia Canarias semanal porque no lo encuentro en tu blog ni sobre el primero que dejastes) y no te puedo prevenir sin dirección electrónica del blog. También no es correcto, dentro de los commentarios, publicar sin permiso de la anfitriona un vínculo hacia el blog del comentarista.
    Tu blog es una maravilla de informaciones alternativas. Te voy a seguir con asiduidad.
    ¡Ennorabuena!
    Un fuerte abrazo desde Francia
    Esteban

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